Manifiesto

Cuadros sedientos de risas, petulantes, malditos, quiten de mí sus ojos, que el quehacer es propio y no los controlo.
Latigazos como machetes redoblan en los portones del estudio, pican sobre el techo de lata gris, tormenta de fastidiosos recuerdos, de olvidos impenetrables.
Llueve y llueve… Refugio de escape y escondite.
¡Pinta!―me digo―que así ni hablas ni disimulas las mentiras. El que escucha también miente, pero no pinta.
Poeta maldita sería, de no saber pintar.

Manchas como hojas de vid seca mauve y moradas salpican la pared y el piso, entre mi frenético subir y bajar para embarrar el cielo inalcanzable del lienzo, grande como un mundo melancólico. Azul y rosado, hacen morado, pienso.
Poeta maldita sería, de no poder pintar.

Apago el falso día de bombillos LED y marcho por el camino de piedras volcánicas hasta el umbral de la casa negra. Miro de reojo el valle hundido y percibo la silueta de las “Tres Marías”, entre el chasquido inquieto de mis botas.
Poeta maldita sería, de no saber pintar.

Nazco en La Habana, Cuba, ciudad que abandono desde la infancia porque mis padres me llevan a vivir a Madrid. Crezco y me educo en España, y a partir de mi juventud decido dedicar mi vida al arte y a la arquitectura, confiando sobre todo en la intuición, que es a mi juicio el principal recurso de integración entre la razón y lo transpersonal. Desde muy temprano comienzan a excitarme las variaciones que subyacen en el uso de la forma, la línea, el color, la textura y el espacio. Dispongo de la inmediatez y las cualidades de improvisación de los elementos compositivos como quien emplea a su favor el día súbito, las contingencias, sin buscar excusas ni pretextos.

Mi obra propone una transgresión lúdica sobre urdimbres textuales convencionales; se apoya en una voluntad no representativa de la realidad; sin sujeto ni dogma; tratando de desmantelar los sistemas tradicionales de composición; descubriendo la perspectiva dinámico-fractal de la realidad, y acercándome -según algunos- al neoinformalismo, como una especie de acción epigenética asociada simbólicamente a mi raigambre cubana.

Recombino y construyo nuevos significados, que es el punto del que parte cualquier transformación. No favorezco ningún fragmento sobre otro, sino simplemente permito que mi consciencia fluya; promoviendo la percepción entre el contenido y lo que subyace; permitiendo a mi memoria inconsciente actuar a su aire y antojo.

Aimée Joaristi